lunes, 19 de mayo de 2014

PERDER LA CABEZA: INSPIRACION O MALDICION

Entre los fabricantes de sombreros del siglo XIXera habitual un cuadro clínico que incluía dolores de cabeza, espasmos, temblores, alucinaciones, alteraciones de la personalidad e incluso psicosis. Se debía a que se envenenaban lentamente al inhalar el vapor de mercurio que empleaban para tratar la felpa y la piel que cubría los sombreros con el fin de que se mantuvieran derechos. Este veneno, una vez que entra en el organismo, se acumula en tejidos y órganos como los riñones, el hígado y el cerebro. 

Esta "enfermedad profesional" inspiró a Lewis Carroll el personaje del Sombrerero Loco de su conocida obra Alicia en el País de las Maravillas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario